Me
alegra que hayas querido compartir conmigo tu aventura. Espero
contribuir con mi granito de arena en la elaboración de tu tesis.
Que sepas que sé cómo te sientes en este momento, lleno de dudas y
de incertidumbre. Es normal. Ya sabes
que cuentas
con todo mi apoyo y comprensión pero con quien realmente
debes contar es con tu
director de tesis. Sigue todos sus consejos y confía en él, que es
la persona que más te puede ayudar en este momento.
Seguro
que tu director
está muy ocupado, no te
preocupes, insiste y pregúntale todo lo que quieras, él te va a
ayudar incondicionalmente aunque tengas que demostrarte insistente,
no te preocupes, conseguirás que se ocupe de ti y eso
es lo importante. Nunca te
desanimes cuando tu director te corrija, él está para eso. Sigue
todas sus indicaciones.
Hay
algunos que gritan. Lo sé porque una vez una alumna mía, que no
había completado el trabajo en el plazo
de tiempo que yo había
establecido, cuando abrió la puerta
de mi despacho atemorizada lo primero que me dijo fue
que no le gritara, que había una razón por la cual ella no había
podido completar el capítulo correspondiente y que lo haría para el
día siguiente, pero que por favor no le gritara. Me sorprendí
muchísimo, se me encogió el
alma.
Cómo
iba yo a ponerme a gritar, ¡faltaría
más! En esos casos es el director el que tiene que tener paciencia y
“arremangarse”, pues le toca trabajar el doble. Hay alumnos que
necesitan más ayuda y más
paciencia que otros, no
importa, así es nuestro trabajo.
Tú,
querido alumno, nunca desistas en el empeño, pase lo que pase.
Habrá días que avances mucho en tu trabajo y días que tengas la
sensación de no ir hacia ninguna parte. No te preocupes, eso es
así. Tú
sigue adelante con constancia y determinación. Nunca se te ocurra
pensar que no tienes las capacidades suficientes para hacer una buena
tesis, no es cierto. Todos tenemos infinidad de cualidades que
pensamos que no tenemos, tú vas a sacar fuerzas de tu “aparente”
flaqueza y vas a salir adelante. El Señor nos ha dado toda una serie
de talentos que nos empeñamos en ignorar. Pues bien, ha llegado el
momento de poner a trabajar todo ese talento que Dios
te ha dado.
Si
en tus estudios has
llegado hasta aquí, puedes conseguirlo. Generalmente una tesis se
hace al final de un ciclo de estudios durante el cual te has ido
formando, por tanto, has ido adquiriendo toda una serie de
conocimientos que poco a poco te han enriquecido. Por consiguiente,
no estás preparado, ¡estás
preparadísimo! Es más, este
será el momento propicio para expresar en un trabajo de tesis todo
lo que has aprendido. Y has
aprendido tanto que estás en grado de hacer aportaciones originales
a tu tesis, claro que sí. Si te lo propones, con la ayuda de tu
director, puedes hacer un
trabajo original y útil para los demás. Y para conseguirlo te doy
un consejo: piensa ya desde
ahora en la posible publicación de tu tesis. Eso hará que te
esmeres mucho más en tu trabajo.
Si
en algún momento te sientes desmoralizado y dejas tu tesis
“aparcada” durante un tiempo, no importa, puedes volver a
empezar, quién te lo impide. Se trata de tu tesis, tu trabajo
personal, puedes tomarte un descanso cuando lo necesites. Y
recomenzar cuando tu lo decidas. Incluso después de años. A veces
la vida es así. Este es el
momento de recomenzar y de completar tu
tesis. Te sentirás mucho
mejor cuando finalices la elaboración de tu trabajo. Con
decisión y determinación pero
“sin prisas”, nadie corre
detrás de ti.
Y
sin miedo. Nunca dejes que se
apodere de ti el miedo. Tienes que estar tranquilo vive tu vida
serenamente y en este preciso momento renuncia al miedo. Si
te paras a pensar, la sensación de miedo es lo menos objetivo de
nuestra vida, es lo más irreal de nuestra existencia, es algo
inventado, por tanto, tienes que desecharlo definitivamente de tu
forma de pensar.
Bien,
ahora ¡manos
a la obra!
Un
abrazo